Romper una dieta

La genética y el metabolismo son factores que pueden llevarnos al sobrepeso y hasta problemas de obesidad, a raíz de esto se desencadenan efectos emocionales como la frustración, aumentan las inseguridades personales o incluso se pueden presentar rasgos
depresivos.
Desde esta perspectiva el sobrepeso nos hace “venirnos abajo emocionalmente” nos provoca un desequilibrio emocional con el que batallamos en cada dieta, al inicio normalmente vivimos con la expectativa y ganas de llegar a nuestra meta de pérdida de peso de una manera pronta y efectiva, pero esto no suele ocurrir; a mi modo de ver un factor importante es la mentalidad pues al inicio hay una gran motivación, es más, buscamos algún evento próximo que nos impulse a lograr el objetivo pero de poco a poco van bajando los ánimos.

¿A qué se debe esto? Puede existir un trasfondo emocional que dirige y controla el apego o no a las dietas y al hacer uno o varios intentos, y no encontrar resultados efectivos se cae en un desgano y grandes dudas para intentarlo de nuevo e incluso una negatividad absoluta.
En el espacio de tiempo en que se desistió a una dieta la ingesta de alimentos es aún mayor y excesiva pensando “aprovechar” el placer de comer todo lo que “no se puede” en la dieta y de esta manera tomar fuerzas o ánimos de integrarse otra vez a una nueva.
Este círculo vicioso hace que cada vez se suba más de peso y se agraven los problemas de salud.

Aumenta la ansiedad por comer y saber que pronto estaremos restringidos, luego viene la culpa por los excesos pero aún así se repite el círculo perpetuando el problema.
Cada sujeto debe detener este círculo y reflexionar de dónde viene esta ansiedad por comer en exceso, puede ser un sentimiento de enojo, una profunda tristeza, una relación conflictiva con alguien cercano, un mecanismo de defensa, llenar un vacío emocional, situaciones sumamente estresantes de difícil manejo y, podría realizarse una lista interminable, pero solo cada persona vive su propia experiencia.
El apoyo psicológico puede ayudar de forma efectiva a encontrar dónde empieza lo emocional y con el esfuerzo de la persona detener el complejo problema en el que está inmerso, de lo contrario, este círculo vicioso se seguirá repitiendo y afectando cada vez más la salud.

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