¿Se le puede dar color a la soledad? En ese caso tenemos que darle un significado a color o colorear, yo pensé en alegría, entonces querría decir que le podemos dar alegría a la soledad y, de ahí, asumimos: ¿la soledad tiene que ser un estado que nos lleva a la tristeza? Al menos, la mayoría de la sociedad así lo reconoce y, qué tal si nos decidimos a reconocer el lado creativo, contemplativo, del desarrollo de nuestra independencia, de libertad, de paz, de reflexión que nos ofrece la posibilidad de procurarnos momentos a solas.

Sentirse solo o buscar estar a solas refleja la diferencia de cómo nos vamos creando ese concepto en la vida incluso, hay quienes se sienten sumamente acompañados por ese mundo virtual que ofrece la internet que, con un par de “me gusta” se transforman en una cercanía del otro hacia la persona, una presencia cercana del otro controlada pues solo estaría dejando ver una parte de su persona y muy probablemente la mas agradable, si hay un contacto físico también se tiende a presentarse con lo mejor de sí y, tal vez, por eso hay una tendencia en algunos de evitar la soledad pues ahí ese estado prevalece la autenticidad de cada uno.

Dar alegría a la soledad significa aceptar todos los colores de nuestra persona los más claros y también los más oscuros.

Un sujeto que se pone caprichoso en su relación de pareja y, en apariencia su forma de conducirse suena a una conducta infantil, en el fondo puede llegar a sentirse culpable pero al parecer no tiene control sobre de eso y le cuesta cambiar su actitud, así que, por exonerar su proceder refiere que es por amor.

En ese caso podría estar en juego más bien el orgullo y la gran necesidad de tener el control sobre su pareja y, lejos de hacer un dialogo interno y reconocer su “obsesión” porque las cosas sean como las piensa, se aferra a su forma y a sus ideas y no logra reconocer que existen un sin fin de posibilidades de actuar y de dar y recibir amor.

Y si lograra abrirse a estas posibilidades, tal vez podría romper la cadena que lo ata a una sola forma de ver su vida y la de su entorno.

No es fácil hablar de lo que sentimos por dentro y, por fuera más bien intentamos guardar las apariencias.

Al descubrir tan solo por primera vez la experiencia de hablar de nuestros conflictos, sobre todo en un espacio preparado para ello y con un psicoterapeuta que posea una escucha analítica, se aprecia desde otra perspectiva y con mejores posibilidades el camino para resolverlos.

Incluso en el camino de la psicoterapia más de una vez se busca cancelar las sesiones especialmente porque por fuerza hay que pasar por el dolor, explorarlo a fondo para entenderlo mejor y, también hay que asumir la responsabilidad de hacer lo propio para cambiar aquellas situaciones en la vida que nos perturban y, hay que confrontar asuntos de nuestra realidad que no cambiarán.

Pero superando todo esto y tal vez más estaríamos diciendo sí a nuevas posibilidades.

Mucho se ha cuestionado el origen de el Blue Monday y de la determinación científica de la fórmula que da con la idea de que el tercer lunes de enero se presenta como el día mas deprimente del año y, a pesar de que para la ciencia puede no tener sentido crear una formula con los indicadores de un consumidor típico y, al que no se puede generalizar su conducta con el porcentaje de la población que no vive bajo el yugo del consumismo, es importante reconocer que este tipo de campañas publicitarias como nació en un principio, empujan de alguna manera a reflexionar en nuestra propia vida desde la perspectiva en este caso de si es un día al que podríamos determinar como depresivo o triste.

Así pues, tenemos días tristes y días alegres, días con mucha energía y otros no, días difíciles, días aburridos, días románticos, días cansados, en fin.

La vida está hecha de una variedad de condiciones, de interacciones con los demás, y que, relacionados con nuestro estado emocional trae como resultado un tipo de día en el que sumado a los demás conforma nuestro estilo de vida.

Siempre es bueno buscar construir de mejor manera cada uno de nuestros días y una clave adecuada puede ser aceptar que hay días buenos y malos y procurar equilibrar nuestras emociones y dar la bienvenida a nuestra vida en el día a día.

La salud emocional importa

Las posibilidades para la atención emocional cada vez tienen más acceso, las personas muestran más apertura a escuchar conferencias de algún psicólogo, se contagian de vibras positivas con los motivadores o buscan la asesoría de un coach. Sin embargo, la persona puede tender a tomar una distancia para confrontar de manera individual sus propios conflictos y prefiere tomar consejos generales o experiencias de otros para intentar resolver sus asuntos personales.

Al final cuesta trabajo aceptar y acercarse a un experto, hablar de lo propio y asumir la responsabilidad que esto conlleva, pero cuando se da ese paso aunque sea difícil, abrirá una mejor manera de entendernos a nosotros mismos.

Caer en una posición de absoluto positivismo aleja de la realidad, el esperar todo el tiempo ser guiado por un coach puede llevar a la dependencia, acercarse a un psicólogo preparado y con experiencia puede ser efectivo para dar salida a cosas que tal vez se estén negando.

Así que, para lograr un equilibrio personal, acercarse a cuidar la salud emocional, importa