Escapar de las verdades

Cuando nos dicen una verdad, por fuerza intentamos escapar de ella, especialmente si es una verdad que nos molesta o nos incomoda. No se diga cuando urge que hagamos un cambio importante al respecto de esa verdad.

La primer reacción es de negación y de enojo ante quien lo dijo y buscamos las mejores razones para justificar que esa verdad “no es verdadera”. De ahí empieza una reflexión interna ante la posibilidad de que esa verdad si lo es y nos pertenece, incluso nuestro orgullo se ve afectado y podemos caer en un estado de tristeza.

La buena noticia seria aceptar esa verdad y procurar cambiar o mejorar. Pero es muy difícil aceptar una verdad aunque sería el principio de una nueva y mejor actitud ante la vida.

También depende de quien nos diga esa verdad, el ideal es que la diga alguien que nos quiere y nos estima porque aunque duela esa verdad, viene de alguien que nos quiere hacer ver que estamos mal en algo. Pero si esa verdad llega de alguien poco cercano o casi de un extraño, lo más probable es que nos enojemos mucho y hagamos caso omiso. Y tratamos de escapar de las verdades

Dejar un comentario