Es muy interesante conocer a fondo el desarrollo psicológico en los niños, pues se mueven, por lo general, a través de sus fantasías y su mundo en realidad es pura imaginación.
La manera en que reaccionan al mundo exterior tiene que ver en gran medida con sus relaciones que van formando dentro de la familia, un bebé de meses responde a la sonrisa de su mamá, si ella le habla, él balbucea y almacenará en su memoria los sonidos, imágenes y sensaciones que va experimentando.
El niño de 1 a 3 años tiene una convivencia con los adultos más bien centrado en el control de esfínter, la madre tiene mucha expectativa en que el niño logre dejar el pañal y con facilidad saldrá un regaño si se ha mojado y aquí aparece en el niño la idea no solo de una madre tierna que lo alimentaba sino la que también le puede castigar.
Por otro lado al conquistar la disciplina del esfínter descubre también su poder debido al control neuromuscular, se vuelve gritón y a veces hasta agresivo o caprichoso, así que, es necesaria la educación y formación para una adecuada adaptación social.
Conforme va creciendo y al adquirir el lenguaje puede expresar sus puntos de vistas sobre las cosas y se vuelve muy platicón .
Su mundo es el juego y ahí expresa con facilidad sus posibles angustias y deseos y también escenifica lo que está viviendo en casa.
En sus pesadillas representa las experiencias que le provocaron miedo, si en el día observó cómo regañaban a su hermanito, él mismo entre sueños imaginará ser él a quien se le castiga, si la mamá le dice que lo llevará con el policía para que se porte bien, él niño cree firmemente que esto sucederá repercutiendo en un estado emocional de angustia o miedos.
Estas fantasías aparecen con frecuencia cuando el adulto habla y en una sesión de psicoterapia si el psicólogo es audaz para analizar lo que hay entre palabras, descubrirá que está hablando el niño pequeño que está sufriendo; por eso
“un psicoanálisis es el lugar donde los sueños florecen, pero también donde se revelan los espantos de la noche”
Revista non nominus. Número 8 MMVIII. Mayo 2008
