Las 5 alertas para reconocer problemas en la conducta alimentaria que pueden llevarnos a un sobrepeso

Los problemas conductuales en nuestra alimentación pueden convertirse en complicaciones importantes de salud, que fácilmente los dejamos de lado creyendo que esto no puede pasar porque creemos que tenemos cierto control sobre ello.
Poco a poco y sin querer, nuestras conductas alimentarias van gobernando nuestro estilo de vida y, llevándonos a buscar cada vez más justificaciones de nuestros actos, que además tanteamos a los demás con tal de encontrar una réplica de aprobación.
A continuación describo, de acuerdo a mi experiencia, algunas alertas que nos pueden dar a entender que lo estamos haciendo mal y que debemos poner un alto a estas conductas o tal vez, de mejor manera, solicitar ayuda de un profesional.
Esta lista no tiene que ver con un orden, podemos presentar todas las conductas o actitudes a la vez, o sólo una de ellas, cada uno puede evaluar qué tan serio considera que puedan estar sus actitudes al respecto de las conductas con relación a la comida. Brevemente desarrollo cada una pues, en realidad, podría extenderme.

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Alerta UNO:
En lo general, a pesar de sentirse satisfecho, se sigue comiendo hasta
que se sienta muy muy lleno.

Si observas con detalle muy probablemente comes rápido, esto hace que las señales de los nero transmisoras de satisfacción no logren llegar a tiempo a tu cerebro, por lo que, seguimos comiendo sin darnos cuenta que ya hemos adquirido los alimentos necesarios requeridos.
Hay un punto clave desde la perspectiva psicológica que es el “placer” o la “ansiedad” ya que no es lo mismo excedernos al comer por placer o porque en el fondo sentimos una gran ansiedad que queremos aniquilarla con la sensación placentera de comer.

Alerta DOS:
“Suelo decir con facilidad: “¿No sé por qué subo de peso? si no como
mucho”.

Al final de cuentas y desafortunadamente la báscula lo dice todo… si estás subiendo de peso significativamente, en gran parte, se debe a que estás comiendo de más, o teniendo una dieta hipercalórica o alta en grasa. También es muy común hacer ayunos prolongados como no desayunar y comer hasta la tarde.

Si bien, puede haber causas alternas relacionadas con la salud que nos provoquen aumentar de peso inesperadamente como hipotiroidismo, síndrome de Cushing, problemas neurológicos o incluso depresión entre otros.
Descartando esto y, si hacemos una observación introspectiva y nos
centramos en un asunto meramente conductual cabe aquí re pensar este descontrol o desorden en nuestra alimentación, que sí afecta.

Alerta TRES:
“Toda reunión tiene que ver con comida”

Hay que incluir también cómo la presión social no ayuda a regular nuestra alimentación, pues si solo pensamos, en medio de la semana no falta un café con amigos, un cumpleaños, la comida semanal con la tía o la abuela, por decir algunos ejemplos pero ¿te puedes imaginar una de estas reuniones, sin comida con baja abundancia? e inclusive tiene que ver en lo psicológico con una integración social pues si vamos a cualquier tipo de reunión y no comemos lo que hay, seguramente podemos sentirnos excluidos dentro del grupo.

Alerta CUATRO:
Pierdo la dimensión de mi cuerpo y no me ubico con problemas importantes de peso sino que afirmo solo tener unos kilos de más.

Poco a poco me voy adaptando al aumento de tallas y, en lugar, de frenarlo evito ponerme la ropa que me queda chica, busco ropa holgada y cuando hago intentos por hacer ejercicio no soy constante por que me cuesta mucho trabajo.

Alerta CINCO:
Me siento identificado con los chistes que abundan en las redes sociales con relación a los excesos al comer.

El hecho de escuchar que “la gente se ríe” de los excesos al comer pareciera ser una forma de aprobación social a este tipo de conductas, así que, de pronto podemos entrar en el juego de que si los demás lo hacen no tendría por qué estar mal.

Todas estas alertas pueden parecer exageradas para algunos pero son tal vez, granitos de arena que se van acumulando y se transforman en kilos extras de poco a poco. Y, precisamente hay que estar alertas y tomar una decisión objetiva si creemos sensatamente que esto lo podemos considerar un problema conductual alimentario.

A mi modo de ver no solo acudir con un experto en nutrición sería suficiente, el apoyo psicológico ayuda también especialmente si todo apunta hacia una falta de control sobre las conductas.

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