Caras vemos, corazones no sabemos

Caras vemos, corazones no sabemos…

Hagamos un ejercicio para encontrar el lado psicológico detrás de este
refrán, al fin, me divierte mucho ver casi todo desde esta perspectiva.

Hay en la expresión una advertencia implícita de tomarnos cuidado y no
dejarnos llevar por las apariencias, otro lado es la sorpresa de encontrarnos
con una imagen de alguien completamente diferente a lo que en sí refleja y,
por último, un prejuicio que podríamos tener ante el aspecto de una persona
asumiendo tajantemente que detrás de ella debería tener un comportamiento
específico.

Al mencionar el corazón se está enfatizando en la expresión metafórica muy
claramente el referirnos a los verdaderos sentimientos de una persona.

Expresiones como: no tienes corazón, se ha roto mi corazón, tienes un gran
corazón son comunes y contundentes si quisiéramos describir a alguien.
Pero ¿por qué existe una tendencia en algunas personas a velar lo más que se
pueda su alma o lo que hay dentro de su corazón?

Algunos lo hacen por un mecanismo de defensa de protección, otros con
alevosía y ventaja para obtener cosas que de otra manera no lo podrían
hacer, otros más ni siquiera están conscientes de no haber congruencia entre
sus actos y su imagen, por ejemplo, personas mayores que quieren aparentar
una imagen de juventud o se comportan incluso infantiles.

Existe una práctica muy común en el día a día de mostrar nuestra mejor
“cara”, ahora se ha agregado en el paquete una imagen de felicidad y éxito y
se le puede hasta dar una retocadita, normalmente en redes sociales, lo que
hace aún más difícil conocer en realidad a alguien.

También es importante observar el ámbito de desarrollo personal, puesto que
no es lo mismo encontrarse en el trabajo, en una reunión familiar, tratando de
conquistar a alguien, en una relación de pareja, o entre amigos.

Así que, incluso en las relaciones más cercanas, de mayor confianza y apego
hay en cada uno de nosotros una fuerte necesidad de velar nuestro corazón
porque ¿qué sería de nosotros si mostráramos nuestro verdadero yo ante los
demás?

Es importante reflexionar si, en lo general, mostramos nuestra mejor cara y en
qué estado se encuentra nuestro corazón, grande, sin corazón, un corazón
duro, de blando corazón, de corazón chiquito, o eres

¡todo corazón más que una linda cara!

 

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